La representación del "Tractat d’Almirra" cumple hoy 25 años

JOSÉ FERRÁNDIZ LOZANO [Web personal]

25 agosto 2001

El histórico suceso medieval se escenificó por primera vez en 1976, coincidiendo con el VII centenario de la muerte de Jaime I

Frente a la fachada de la Iglesia de Campo de Mirra, medio millar de sillas plegables esperaban vacías. Era el 7 de noviembre de 1976 y no tardaron en quedar ocupadas por quienes, desafiando al frío, iban a asistir a una escenificación histórica. Por primera vez, se representaban sobre un escenario los hechos que en el siglo XIII llevaron al rey Jaime I el Conquistador y al infante castellano don Alfonso, su futuro yerno, a suscribir un pacto que fijaba la frontera al sur del Júcar entre las Coronas de Aragón y Castilla, salvándoles así de una guerra casi segura tras entrar en colisión sus aspiraciones territoriales en la zona. El tratado se firmó en el castillo de Almizra el 26 de marzo de 1244.

Llevar a escena el suceso medieval era una aspiración que cobró fuerza en los primeros años setenta, aunque no pasaba de ser una idea que parecía demasiado pretenciosa para un pueblo de quinientos habitantes. Sin embargo, varias casualidades lo hicieron posible en 1976, al conmemorarse el VII Centenario de la muerte de Jaime I. La efemérides, por una parte, y la disposición, por otra, de la versión teatral escrita por un funcionario de correos de Biar, Francisco González Mollá, permitieron llevar a término el proyecto. Para obtener el patrocinio, se recurrió a la única asociación legalizada entonces en Campo de Mirra, la Sociedad Cultural Amigos de San Bartolomé, que solicitó la oportuna subvención a la Diputación Provincial de Alicante.

"Pasaban las semanas y no se recibía contestación a la solicitud, hasta que un día alguien leyó en la prensa la relación de actos previstos para el séptimo centenario y vio que se mencionaba la representación del Tratado en Campo de Mirra", recuerda José Ferrándiz Camús, presidente de la Sociedad Cultural en 1976. "Con toda urgencia se nombró una comisión, incluyendo a quienes ya trabajaban en la idea; ellos llevaron el peso de la organización, mientras actores, directores y colaboradores se sacaban tiempo para los ensayos; a unos y a otros es a quien corresponde el mérito del arranque".

A la ayuda de cincuenta mil pesetas aprobada por la Diputación se unió la recaudación que consiguió el Ayuntamiento, tras distribuir una circular por la que se invitaba a los vecinos a colaborar. Se contó, además, con el apoyo del Casal de Sant Jordi de Alcoy, que cedió el vestuario. Lo que se organizó para engrosar el programa del VII Centenario de la muerte de Jaime I se convirtió, al año siguiente, en el acto principal de las fiestas patronales, pasando a representarse todos los 25 de agosto.

Homenaje a los organizadores. El Patronato del "Tractat d’Almirra", creado en 1983 y encargado desde entonces de poner en escena la representación, tiene previsto homenajear a la comisión organizadora de 1976 y a los principales actores y colaboradores de la primera escenificación. El breve homenaje será presentado por Josep Miquel Francés, cronista municipal y del Patronato, y se realizará a las 21.30 horas, como prólogo a la representación de este año. Previamente, y a partir de las ocho de la tarde, un heraldo montado a caballo recorrerá diversas calles del pueblo para leer desde distintos puntos el pregón anunciador. Desde 1982, la versión teatral que se representa es original de Salvador Doménech. Basada, sobre todo, en el "Llibre dels feits", se le añadió una escena en 1994, escrita por Josep Guía y María Conca, en la que se imagina a Jaime I —personaje interpretado por Román Francés, presidente del Patronato— iniciando el dictado de su "Crónica". Durante algo más de una hora, cerca de cuarenta actores dan vida a los sucesos que acaecieron en Almizra en marzo de 1244, concluyendo con la lectura del texto del Tratado y la apoteosis final, que coincide con el volteo de campanas y los fuegos artificiales. Una plataforma giratoria del escenario permite, en cuestión de segundos, alternar las escenas entre la sala del castillo y el campamento del infante Alfonso.