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![]() Un libro de Tirso Marín, que acaba de publicar el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, reconstruye una historia real y casi completa de la radio en Alicante desde su creación en 1933 por un técnico de la Casa Philips Ibérica Tirso Marín comenzó su experiencia en radio a los quince años, cuando en 1945 propuso un programa taurino a Radio Falange. Se le concedió un espacio nocturno de quince minutos cada dos semanas a condición de no cobrar ni cinco céntimos, espacio que compartió con Paquiro. Así nació su vinculación a un medio en el que se forjó como periodista junto a la prensa escrita. Hace años se vio citado en una historia de la radio en la Comunidad Valenciana, pero le pareció que aquellas páginas no llegaban al detalle con Alicante. Fue el punto de partida de su último libro: Historias de radio y Alicante, que acaba de editar el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Me sedujo la idea, era una historia que hacía falta. Ciento sesenta y seis páginas han bastado a Tirso Marín para resumir una historia que tiene su origen con la creación de Radio Alicante en 1933, montada por Gregorio Martín, técnico de la Casa Philips Ibérica. La emisora tuvo que abastecerse, a falta de profesionales experimentados, de actores alicantinos que ofrecieron sus voces a la audiencia. Desde entonces no son pocos los nombres que han pasado por ésta y otras cadenas. De la mayoría de ellos se ocupa Tirso Marín en su recorrido plagado de protagonistas, anécdotas y datos. "Son historias varias explica a "Hoja del lunes" que constituyen una historia real y casi completa de la radio en Alicante. Puede que me falte algún dato, muchas anécdotas, algún personaje. Somos humanos. En cambio he recuperado otros muchísimos; por ejemplo los primeros locutores, los primeros técnicos, el cambio de onda corta a onda media y FM, programas que fueron célebres, cosas que los mismos trabajadores de estas emisoras desconocen y de las que, además, no hay constancia ni en los libros de actas o de matrícula". Dos hechos motivaron este trabajo. Por una parte, la elaboración de un par de reportajes en enero de 1997 para el diario "La verdad", en el que escribe desde 1963. Aparecieron dos domingos seguidos y se titularon "Una historia de la radio" y "Metamorfosis en al antena". La publicación de ambos textos en los que recuperaba un pasado no muy lejano, a mano todavía de la memoria, le llevaron a valorar la conveniencia de ampliar su investigación. Por otra parte, la edición de una historia de la radio en la Comunidad Valenciana le animó definitivamente. "Era un librote muy grande, escrito por varios profesores universitarios y subvencionado por la Universidad, pero no descendía al detalle de las radios en Alicante". Tirso Marín buscó documentación de distintas décadas y se sirvió de valiosos testimonios personales. "La Radio en Alicante asegura tiene mucha pasión; he buceado mucho en bibliotecas, archivos y hemerotecas; no hay libros que hablen de la radio y éste creo que es el que hacía falta, pues no me he dejado en el tintero a nadie ni a ninguno; he pasado muchas estancias en el Archivo Municipal de Alicante, por ejemplo para localizar cuándo se fundó Radio Falange; pedí fotos a los protagonistas, que me han contado muchas anécdotas, pero otras las he vivido yo". El hecho de haber sido él también uno de esos protagonistas desde su estreno, en edad adolescente, con un programa taurino que le propuso a Juan de Dios Aguilar le trae al recuerdo en la entrevista escenas inolvidables de su paso por los estudios radiofónicos. "Radio Falange se funda en 1943 y dos años más tarde empecé a colaborar en la naciente emisora; allí acudían intelectuales, como Pepe Bauzá, erudito en música, sobre todo de jazz, Juan José Esteve, Diego Valencia, Emilio Chipont, Vicente Ramos, Rafael Azuar, Pepe Albi y todos los de la tertulia del Samper; entonces se recitaban poesías, se leían cuentos propios y ajenos, a veces adaptados a la radio, se hacía teatro; cada uno lo que podía o sabía y le dejaban". De aquella radio de antaño, Tirso Marín evoca con nostalgia hasta los trucos para el ruido de fondo. "Yo hice algunos pequeños papeles en teatro; era casi un niño. Como no había efectos especiales sonoros, recuerdo que se hacía el ruido de los cascos de los caballos con dos cocos; la lluvia con papel de celofán estrujado entre las manos; el viento con una máquina que nos dejaba el Teatro Principal, consistente en una rueda de madera fina que rozaba una lona cuando le dabas a la manivela; el agua del mar o del río con una cubeta llena de agua y chapoteando. Un día me tocó a mi hacer el papel del agua en el Tenorio de Zorrilla, cuando mata al comendador y salta al río Guadalquivir; agua en un cubo meneada con un palo. A veces, en vez de ruido de agua se escuchaba ruido de latón al frotar con un palo; lo que ahora se dice dar un palo al agua". "Historias de radio y Alicante" está estructurado en tres partes. En la primera el autor relata el desarrollo cronológico del medio en Alicante, dando cuenta de la aparición de las distintas emisoras. Por la segunda, desfilan treinta nombres con sus respectivas biografías, entre ellas las de Lolita Latorre, Raúl Álvarez, Verdú Belda, José Antonio Cía, Vicente Hipólito, Mira Galiana, Tomás Morán, Alcaraz Baró o Félix Parreño. La tercera parte, más breve, es una gozosa selección de anécdotas. "El periodismo escrito es lo mío" La vida periodística de Tirso Marín, nacido en Alicante el 15 de agosto de 1929 y autor ya de nueve libros, se ha desarrollado en radio, prensa y televisión local. Se reivindica como el decano en Alicante de los programas radiofónicos taurinos al ser el conductor, junto a Paquiro, del titulado "Pregón de toros", que abandonó después. "Como no dejaba un duro, lo dejé yo; siguió Paquiro sacándole publicidad y luego entró Raúl Álvarez, todos más modernos que yo". No regresó a la radio hasta 1963, "cuando estaba de director de la SER Antonio Serrano; hice programas informativos a mediodía y por la noche; Paco Aldeguer y yo fuimos los primeros en hacer informativos porque antes no había periodistas y los locutores se limitaban a leer el periódico". En 1963, además, comenzó a escribir en la edición alicantina que abrió el diario "La verdad" de Murcia, iniciándose su larga vinculación a este periódico, primero como colaborador y luego en plantilla. "Hace ya diez años que me jubilé, pero todavía no me han tirado a la calle como a otros; se conoce que sigo siendo útil; llevo dos secciones semanales: El Corazón de Alicante, de chismorreos, los domingos y Crónica Negralos lunes". Pero su trayectoria en prensa no se limita a "La verdad"; de hecho sostiene que lo suyo es el periodismo escrito. "Fui corresponsal de Europa Press, de ABC, que todavía no tenía delegación; pero el que más dinero me dejó fue El Caso, que empezó pagándome diez duros por reportaje y terminó con cincuenta duritos; ahí me experimenté en periodismo truculento, sanguinolento y amarillento". |